Blog del Grupo de Trabajo Pro Especialidad en Medicina de Urgencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias -SEMES-
viernes, marzo 24
Hace 10 meses, representantes de médicos de Urgencias de toda España se plantaron ante el Ministerio de Sanidad, llamaron «mentirosa» a la ministra y anunciaron una huelga si no se reconocía su especialidad: Medicina de Urgencias y Emergencias. De la protesta salió un grupo de trabajo para analizar las posibilidades de acceder a sus peticiones. Ante la falta de resultados, los médicos de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) se han puesto en contacto con el sindicato mayoritario para convocar movilizaciones.
Con la amenaza de huelga, la Comisión Técnica de Formación Técnica Especializada en Ciencias de la Salud ha elaborado un informe en el que aconseja crear la especialidad. La Comisión, en la que participan los directores generales de Recursos Humanos de las autonomías, más los ministerios de Sanidad y Educación, habla, en concreto, de la creación vía troncal de la especialidad, esto es, con pasarelas a otras ramas de la Medicina.
Las conclusiones del informe, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, destacan «el peso creciente», la importancia adquirida por los médicos de Urgencias y la necesidad de establecer un «reconocimiento» para los profesionales entre los motivos para crear la especialidad.
El próximo 7 de abril, en otra reunión, esta vez con los consejeros de Sanidad de las autonomías, la Comisión podría aprobar el documento y recomendar así al Gobierno que siga sus indicaciones. Según el documento, «la atención sanitaria de urgencias precisa de profesionales con un conjunto de conocimientos y habilidades técnicas que, aun siendo en su mayoría transversales a otras especialidades, requieren una orientación y forma de actuación específicas y, por tanto, precisan de acreditación».
Asimismo, los autores del estudio consideran que, si bien «existen especialidades que por su transversalidad y su perfil de competencias» se aproximan a la necesaria para ejercer la Medicina de Urgencias, «ninguna garantiza actualmente al cien por cien un adecuado desempeño en este campo». Por ello, se considera necesaria una formación complementaria que serviría de «sistema de reconocimiento de los profesionales que desempeñan estas tareas en los distintos dispositivos de urgencias».
Con estas premisas, el grupo de trabajo creado para evaluar las posibilidades de acceder a las peticiones de los facultativos ha llegado a una propuesta de «solución integradora». Se trata de «explorar la especialización en Medicina de Urgencias a partir del desarrollo troncal de la especialidad». Es una fórmula reconocida en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS).
Es decir, los facultativos que al acabar la licenciatura quieran especializarse en medicina urgente, compartirán un «tronco común» de materias con alumnos de Medicina Interna, Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina Intensiva. Así, los alumnos de estas especialidades cursarían dos años comunes. Según los autores, esta solución «podría proporcionar más flexibilidad, permitiendo encauzar al mismo tiempo la sistemática reivindicación del colectivo de Medicina de Urgencias».
El informe también propone una solución para los facultativos que, en la actualidad, desempeñan su labor en los servicios de Urgencias, pero que no disponen de titulación en ninguna de las especialidades del tronco. Para ellos «podría articularse a través de una vía extraordinaria de acreditación de la competencia». El texto señala que «la implantación de la especialidad troncal de urgencia debería ser pareja a la posibilidad de reespecialización para los que ya tienen el título de una de las especialidades que integran el tronco, cursando sólo la formación específica de la nueva especialidad.
En nuestro país se llevan a cabo unos 40 millones de atenciones urgentes al año. Por ello, en las conclusiones del informe se señala que es necesario mejorar la asistencia ante el creciente aumento de la demanda. Así, «se considera aconsejable la adopción de medidas destinadas a modular la demanda, fundamentalmente, a través de la mejora real del primer nivel asistencial».
También hacen referencia a la necesidad de «un cierto nivel de estabilidad en las plantillas» de los servicios de Urgencias. Una necesidad que «se compagina mal con la tendencia que se viene observando de usar los puestos de trabajo en dichos servicios como una estancia puente hasta que el especialista encuentra un puesto de trabajo más vinculado a su especialidad de origen». Es decir, la propuesta de la Comisión Técnica está encaminada a que los servicios de Urgencias dejen de ser un «destino» incómodo para los médicos.
Pero en las conclusiones precisan que «la nueva especialidad no se opone al carácter multiprofesional de las Urgencias». En ellos, «la presencia de plazas de dichos especialistas no debe impedir la de otras especialidades, más o menos estables, según las necesidades organizativas y configuración de cada servicio». Contradicción. El informe subraya la contradicción que supone que, en la actualidad, cualquier médico, con independencia de su especialidad, pueda ejercer la Medicina de Urgencias. No parece «razonable», a los autores, que «por ejemplo, un especialista en Hidrología o en Anatomía Patológica esté, al menos en teoría, en las mismas condiciones de partida para acceder a esta categoría que los especialistas en Medicina Interna, Medicina Familiar y Comunitaria e intensivistas». Precisamente uno de los obstáculos para su reconocimiento es el rechazo de los profesionales próximos, como intensivistas o médicos de familia. El informe recoge los argumentos de estos colectivos, como la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, para la que el programa de su especialidad «ya contempla la Atención a Urgencias como área específica». Argumenta que la especialidad de Urgencias tiene poca implantación en la UE.
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