jueves, abril 20

Los socios opinan - 3

En primer lugar, quiero unirme a la felicitación realizada por José Ramón y Luis por haber, por fin, llegado a buen puerto con el tema de la especialidad, según lo publicado en DM. Exponer aquí los motivos por los que nos lo merecemos seria largo y probablemente reiterativo. Pero es cierto que llevamos mucho tiempo luchando por algo en lo que todo el mundo, salvo algunos interesados, creía.

En segundo lugar, creo que es necesario contestar a lo publicado por los representantes de las tres especialidades medicas (familia, interna e intensivos) en la pagina de SEMES-Andalucia. Me adhiero a lo expuesto con anterioridad por Emilio Moreno Millán, pero quiero dar respuesta otros aspectos que exponen en su escrito y considero que no son ciertos.

Previamente decir que dudo mucho que las tres sociedades juntas representen a la mayoría de los médicos que trabajan en los dispositivos de urgencias. Y si lo son, quizás sea útil plantearse si esto es debido, a que los miembros de sus respectivas especialidades que actúan en urgencias, o bien no pudieron hacer la especialidad de urgencias por carecer de ella, o bien no encontraron otra salida laboral dentro del ámbito de sus respectivas áreas. Quizás sea esto ultimo lo que quieren proteger estos señores oponiéndose a la creación de la especialidad de urgencias?

Me gustaría aportar la opinión que existe en esos países minoritarios donde la creación de la especialidad se considero muy eficaz, en contra de lo expuesto por estos representantes:

Quizás la existencia de la especialidad de urgencias en otros países, fundamentalmente anglosajones, viene a demostrar que estos tuvieron una mayor visión de futuro y una mayor coherencia en el reparto de responsabilidades. Ya que entre otras cosas, se ha demostrado, y este fue uno de los pilares en los que se baso su creación, que la creación de la especialidad en estos países trajo consigo, que el resto de especialidades ganaran en eficacia y eficiencia en el uso de sus recursos, tanto humanos como materiales. En países donde todavía se intenta controlar el gasto económico sanitario se sigue viendo como un elevado coste, por ejemplo, que un traumatólogo atienda de urgencias una fractura de Colles o una luxación de hombro. O que un neurocirujano tenga que valorar un traumatismo craneoencefálico leve. Y así múltiples ejemplos similares que ocurren todos los días.

En estos mismos países, en contraposición con lo que se quiere vender en nuestro país, la creación de la especialidad no genero un enfrentamiento con el resto de especialidades. Hoy en día, no existe un enfrentamiento diferente del que pueda existir entre otras especialidades con la que se tiene que coordinar y generado por la practica diaria de la medicina. Al contrario, lo que se evidencia es un mayor enfrentamiento entre diversas especialidades con campos asistenciales limítrofes entre ellas que con la especialidad de urgencias. La cual, en muchas ocasiones, se utiliza como elemento estabilizador.

En estos mismos países también se ha objetivado y demostrado que la creación de la especialidad de urgencia ha conseguido mejoras de la calidad asistencia. Entre otros, aspectos como rapidez en la asistencia, descenso de los tiempos de inicio de la realización de actitudes terapéuticas, y no solo me refiero a la trombolisis, sino también al inicio en la administración de terapéuticas antibióticas en pacientes sépticos, etc se han podido conseguir y objetivar gracias a los departamentos de urgencias. En concreto, en Gran Bretaña, gracias a la existencia de especialistas en emergencias, se introdujo un objetivo clínico asistencial consistente en que todos los pacientes que acuden a urgencias hospitalarias deben ser atendidos y dados de alta o ingresados en menos de cuatro horas.

Por ultimo decir que intentar justificar la oposición a la creación de la especialidad de medicina de urgencias por su inexistencia en otros países es tan pueril e insostenible como intentar erradicar la especialidad de medicina intensiva por la misma razón, su inexistencia en otros países.

Muchas más respuestas quedan en el tintero para desmontar los argumentos esgrimidos en ese artículo, pero parare aquí en aras de la brevedad que siempre es agradecida en estos casos.

Un cordial saludo

Dr Juan Carlos Medina Alvarez

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