"Especialidad de urgencias: un acierto para el futuro de la atención sanitaria"
La mejor manera de garantizar la calidad formativa de los urgenciólogos y la calidad de la atención urgente española es instaurar una especialidad troncal en Medicina de Urgencias y Emergencias. El presidente de Semes cree que la voces que se oponen a esta iniciativa están movidas por un interesado corporativismo y revelan un profundo desconocimiento legal.
Luis Jiménez Murillo, Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias 26/07/2007
La reciente noticia de la aprobación, sin ningún voto en contra, en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados de la proposición no de ley en la que se insta al Gobierno de España a la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias (ver DM del 30-V-2007) ha despertado de nuevo posturas ya conocidas a favor y en contra.
Los que siguen posicionándose en contra plantean argumentos mal razonados y estructurados, dando claros signos de desconocimiento de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), de la realidad y las necesidades del sistema sanitario español y europeo, y del proceso administrativo que el Ministerio de Sanidad y Consumo ha seguido conforme al planteamiento de la creación de la especialidad por parte de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes).
Por todo ello, es conveniente recordar los siguientes puntos:
1. El documento Perfil del Médico de Urgencias, elaborado por el Ministerio de Sanidad, dice claramente que "el médico de urgencias debe poseer una serie de conocimientos y habilidades técnicas básicos para el desempeño de su profesión, y ninguna especialidad de las actuales abarca el amplio abanico formativo que precisa un médico de urgencias".
2. El informe de la Comisión Técnica de Formación Especializada en Ciencias de la Salud (tras estudiar todas las posibilidades de formación del futuro médico de urgencias: cursos, máster, área de capacitación específica -ACE-, especialidad clásica ) concluye, y lo cito textualmente, que "los miembros del grupo de trabajo recomiendan y proponen, como solución integradora de mayor consenso, explorar una especialización en Medicina de Urgencias y Emergencias a partir del desarrollo troncal de la especialidad".
3. El Pleno de la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud (SNS), en el que están presentes tanto el ministerio como todas las consejerías de Sanidad, aprobó el 19 de abril de 2006 el informe de la comisión técnica antes citada instando a la creación de una especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias de carácter troncal.
4. El día 31 de enero de este año se crea la Comisión Nacional Promotora de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, compuesta por nueve miembros: dos nombrados por el Ministerio de Sanidad, dos por el Ministerio de Educación, uno por la Organización Médica Colegial (OMC) y cuatro por las consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas. Esta comisión ha elaborado una propuesta de programa docente troncal de dos años de duración común para las especialidades de Medicina Interna, Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina de Urgencias y Emergencias, para, posteriormente, completar, con dos o tres años más, la formación específica de cada una de ellas. Este documento ya ha sido presentado a las comisiones nacionales de Medicina Interna y Medicina Familiar y Comunitaria, sin que se haya objetado ningún argumento científico-técnico para su rechazo, dejando la decisión final en manos de los ministerios de Sanidad y de Educación.
5. En mayo de este año sendas proposiciones no de ley del PSOE y del PP fueron presentadas de manera conjunta, a través de una transaccional, en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, instando al Gobierno a la creación de una especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias de carácter troncal.
Preguntas sin respuesta
Por todo lo anterior, podemos decir que el debate sobre la necesidad de crear la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias está cerrado, caduco y finalizado. ¿Cómo es posible que a estas alturas se vuelva a plantear la posibilidad de crear un ACE, en lugar de la especialidad? ¿Saben ustedes que para realizar un ACE de urgencias y emergencias habría primero que hacer una especialidad (de 4 ó 5 años), posteriormente trabajar en dicha especialidad otros cinco años y finalmente realizar una formación específica de dos años? ¿Quién trabajaría en un servicio de urgencias o de emergencias si se le exigiesen entre 11 y 12 años de formación previa? ¿La formación específica sería la misma para todos los profesionales o debería ser diferente en función de la especialidad de la que proviniese el aspirante? ¿Cuántos programas formativos se necesitarían?
Está muy claro que quienes proponen esta fórmula de aprendizaje, además de estar reconociendo el déficit formativo de sus especialidades para trabajar en urgencias con garantías, hablan desde el desconocimiento, no sólo de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias sino de la realidad de la atención urgente en este país. ¿Acaso se desconoce que hay muchos servicios de urgencias que abordan al paciente de una manera integral, independientemente de la edad (Pediatría), sexo (Ginecología) y del antecedente, traumático o no, de la patología por la que consulta?
¿Cómo es posible opinar que no es necesaria una especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias por personas ajenas a la asistencia urgente que proponemos? ¿Están equivocadas la Comisión Técnica de Formación Especializada, la Comisión de Recursos Humanos, el arco parlamentario español y múltiples sociedades científicas, nacionales e internacionales, encabezadas por Semes? Los 5.000 médicos de urgencias que están integrados en Semes son los expertos, y ellos apoyan la especialidad.
Esta actitud crítica, contraria al avance de la asistencia sanitaria en España, reaccionaria, retrógrada e interesada, sólo se puede interpretar de una manera: desde la osadía de hablar desde la ignorancia o desde la desesperación.
Se confunden términos de troncalidad con capacitación, y se desconoce la realidad de Europa, donde ya existe la especialidad en nueve países. ¿Dónde recogen tanta desinformación? ¿Por qué tanto interés en confundir?
Los programas docentes de las especialidades de Medicina Interna y de Medicina Familiar y Comunitaria aprobados no alcanzan, ni por asomo, los conocimientos y habilidades médico-quirúrgicas básicas que un urgenciólogo tiene que poseer para desarrollar su labor asistencial en un servicio de urgencias o en un dispositivo de emergencias con la mínima calidad necesaria para garantizar una atención digna y profesionalizada.
La formación troncal que pueden compartir la Medicina Interna, la Medicina Familiar y Comunitaria y la Medicina de Urgencias y Emergencias durante un periodo de dos años, para luego cada una de ellas seguir su periodo de formación específico de dos a tres años, permitiendo la permeabilidad entre ellas, es la mejor fórmula para dotar al sistema sanitario de profesionales competentes y satisfechos con su trabajo.
Pero, independientemente de la creación de la especialidad, es necesaria una reordenación de la asistencia urgente en España, una mejora de las condiciones laborales de los profesionales que realizan esta actividad y el establecimiento de un manual de organización funcional y física de los servicios y dispositivos de urgencias y emergencias que permita ejercer la medicina en ellos con la misma dignidad que en cualquier otra especialidad.
Corporativismo interesado
La cruzada que encabezan los dirigentes de algunas sociedades científicas en contra de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias está caduca, corresponde a otra época y va contra el progreso de la sanidad en España.
El desconocimiento de las leyes y la realidad de la atención sanitaria urgente española y europea, unido a un corporativismo interesado, es lo que de verdad acarrea de forma irreversible un futuro de consecuencias imprevisibles.
Con las nuevas incorporaciones en el Ministerio de Sanidad -desde el ministro, Bernart Soria, la subsecretaria de Sanidad, Consuelo Sánchez Naranjo, y el recién nombrado director de Recursos Humanos del ministerio, Javier Rubio- mantenemos las expectativas, crecientes si cabe, de conseguir antes de que acabe esta legislatura la tan ansiada mejora de la atención urgente en España.
No olviden, y esto no es demagogia, puesto que opinamos de lo que hacemos, que redundará, sin lugar a dudas, en la mejora de la calidad de vida de los pacientes; supondrá un equilibrio en el Sistema Nacional de Salud, propiciando que se formen en urgencias los profesionales que de verdad quieren desarrollar esta actividad, y, por último, contribuirá a paliar el déficit de médicos de algunas especialidades, quizás porque están desarrollando funciones asistenciales para las cuales ni se han formado ni están preparados.
http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/profesion/es/desarrollo/1020522.html
Blog del Grupo de Trabajo Pro Especialidad en Medicina de Urgencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias -SEMES-
jueves, julio 26
Un error de imprevisibles consecuencias
La creación de una especialidad médica de urgencias y emergencias, además de innecesaria, sería un error desde el punto de vista asistencial, formativo y organizativo. El presidente de la SEMI aboga por un área de capacitación específica que haría menos rígido el sistema y permitiría un fácil trasvase de los médicos de urgencias a otros servicios.
Ramón Pujol, Presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna 18/07/2007
Ante la noticia de la tramitación parlamentaria de una especialidad médica de urgencias y la posibilidad de que se tome una decisión precipitada, sin el necesario debate social y profesional, que tenga unas imprevisibles consecuencias, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) se ve obligada a manifestar su postura y darla a conocer públicamente.
Actualmente más de 5.000 internistas y 1.230 MIR de la especialidad trabajan diariamente en los distintos hospitales de España: en plantas de hospitalización de adultos, consultas y áreas de urgencias.De su capacidad y cuidados depende la atención de muchos pacientes con procesos prevalentes (infecciones diversas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, digestivas, neoplasias...), y también de pacientes complejos, bien por presentar un diagnóstico más difícil o bien por estar en una situación más frágil.
El programa de formación MIR en Medicina Interna contempla específicamente la formación en el área de urgencias y emergencias a lo largo del periodo formativo de 5 años, y los residentes de esta especialidad alcanzan una alta capacitación en este área gracias a su amplia formación clínico-práctica, siendo, desde siempre, uno de los especialistas más idóneos para la actividad en urgencias. Para hacerse una idea de la implicación real de la Medicina Interna en este ámbito basta recordar que un internista necesita realizar un mínimo de 275 guardias de 24 horas (¡más de medio año de guardia!) y desempeñar al menos tres meses de trabajo activo en servicios de urgencias para habilitarse en su especialidad. La tutorización actual durante 5 años (ó 4 años en Medicina de Familia con un planteamiento similar) parece acreditar que los médicos puedan tener una eficiencia contrastada para la asistencia en urgencias.
La SEMI y la comisión nacional de la especialidad se han manifestado rotunda y reiteradamente en contra del reconocimiento de urgencias como una especialidad con un programa MIR propio y diferenciado.Existen argumentos de peso, que van mucho más allá de cualquier defensa corporativa del campo de actuación de una especialidad concreta y que merecen ser considerados en profundidad.
En primer lugar, el carácter inequívocamente multidisciplinario que presenta la actividad propia de urgencias -que compete a especialidades reconocidas, como Cirugía General, Traumatología, Pediatría, Medicina Intensiva, Medicina Interna...- hace necesario ver a las urgencias como un área de conocimiento y de práctica clínica de consideración peculiar a la que pueda accederse desde múltiples especialidades (algunas ya señaladas) y desde la Medicina General y de Familia. La urgencia es un ámbito común de actuación, no un campo de especialización compartimentado. En este sentido, podría ser considerada un área de capacitación específica mediante un periodo complementario de formación acreditada a la formación generalista. La permeabilidad para acceder a esa capacitación (desde las especialidades que se determinen) es necesaria para asegurar una formación suficiente en un programa MIR reconocido y unos contenidos específicos homologables en la capacitación complementaria, que reconocieran una competencia más profunda pero no ligada a titulaciones ni a puestos de trabajo. De lo contrario caeríamos en los mismos errores que han hecho de nuestro sistema de formación MIR uno de los mas rígidos de Europa.
Necesaria renovación
En segundo lugar, desde el punto de vista meramente asistencial, el trabajo en urgencias tiene un claro factor temporal de dedicación, que, de acuerdo con la experiencia de múltiples servicios, requiere una renovación o rotación de personal: a partir de determinadas edades (por encima de 50 ó 55 años, en general) puede ser recomendable un cambio de actividad. Este "factor edad" no sería un problema tan irresoluble si existiera la permeabilidad aludida, con una formación troncal previa en un área de medicina o cirugía. En cambio, plantea problemas asistenciales difícilmente abordables si urgencias se convierte en una especialidad no polivalente, en la que el médico deba trabajar durante toda su vida profesional.
A juzgar por algunas noticias recientes, existe el riesgo de volver a caer en el error de fomentar un desarrollo no armónico de nuevas especialidades independientes (en este caso, en urgencias), que, además de no ser reconocida en la mayoría de los países europeos, puede dar mayor rigidez al sistema y un alto grado de frustración en estos nuevos especialistas, a los que les costaría mantener su recortado campo de actuación. A lo largo de su vida profesional, un clínico podrá profundizar en distintos conocimientos y habilidades con la acreditación que se determine. Por eso, un mismo médico puede abordar a lo largo de su carrera más de un área de conocimiento a nivel experto: con una sólida formación troncal se puede luego adquirir una capacitación y reconocimiento de experto acreditado en un campo concreto (por ejemplo, en urgencias), sin perder la polivalencia propia del internista.
Por eso, Medicina Interna aboga por el desarrollo de las áreas de capacitación específica como nueva fórmula de futuro propuesta en la LOPS y acorde, por cierto, con las titulaciones vigentes en los países de nuestro entorno. De esta manera, se mantendría la coherencia del esquema de especialización "en tronco de árbol", en vez de la no deseada "en forma de peine".
Los problemas actuales de las urgencias, según múltiples expertos y gestores conocedores del tema, se centran en aspectos organizativos, de educación poblacional y de gestión eficiente, más que en una especial cualificación de los médicos.
En el caso de reconocerse esta nueva especialidad de urgencias, es muy verosímil que algunos médicos, al no disponer de otras opciones, pudieran elegir forzosamente esta "futura especialidad", que no les permitiría posiblemente ninguna otra salida futura, fuera de este ámbito concreto de actuación. Las urgencias podrían progresivamente desacreditarse, no sólo en los aspectos organizativos ya citados, sino también en sus niveles de eficiencia, calidad y desgaste de los profesionales, que se ven abocados a trabajar toda su vida en estos servicios hospitalarios.
¿Alguien cree en serio que puede elegirse trabajar en urgencias toda la vida profesional sin riesgo de cambiar de opinión a lo largo de décadas? Por eso es muy importante contemplar las posibles remodelaciones en este campo asistencial, manteniendo una formación troncal sólida con la polivalencia y permeabilidad que ello implica.
Todos los médicos clínicos deben adiestrarse en la actuación urgente por razones obvias: la urgencia no puede ser un campo acotado de ninguna especialidad concreta; sencillamente, no es una necesidad objetiva.
Consecuencias potenciales
Por todo ello, los políticos y gestores sanitarios sensatos no deben presentar como un logro sanitario el reconocimiento de una nueva especialidad. Ese hipotético reconocimiento no va a flexibilizar ni hacer más eficiente el sistema, sino que previsiblemente creará nuevos problemas de muy difícil solución y compartimentará aún más el sistema de especialidades.
Las consecuencias potenciales de una nueva especialidad en urgencias y emergencias son varias: produciría una mayor rigidez del sistema que afectaría a miles de profesionales; crearía un claro conflicto de competencias y de formación con la mayoría de las especialidades que atienden problemas urgentes (casi todas las clínicas); sería un escollo para el desarrollo de la LOPS en lo referente a los sistemas de troncalidad y un mal precedente que puede fomentar las reivindicaciones de otros colectivos con lugares de trabajo específicos (médicos especialistas en cuidados domiciliarios, en unidades de corta estancia, en cuidados paliativos...), y, finalmente, acarrearía un alejamiento de las orientaciones de la Unión Europea en cuanto a la formación de los especialistas.
El reconocimiento profesional que merecen los médicos que trabajan en urgencias -y la valoración de los conocimientos, habilidades y competencias necesarios para ejercer como tales, independientemente de su origen- tiene como respuesta natural un área de capacitación específica en urgencias desde las diferentes especialidades ya existentes.
Las principales sociedades científicas que representan a los colectivos asistenciales con formación vía MIR, la SEMI, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria(Semfyc), la Sociedad de Medicina Intensiva (Semyciuc), así como el Consejo Nacional de Especialidades y la Federación de Sociedades Científicas de España (Facme) se han manifestado reiteradamente, de una forma clara, prudente e inequívoca, sobre la forma más permeable de abordar el área asistencial de urgencias en el futuro. En definitiva, no parece racional ni necesario aventurarse a crear algo arriesgado, irreversible y de consecuencias imprevisibles cuando lo que se tiene es fácilmente mejorable desde las especialidades existentes.
http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/profesion/es/desarrollo/1017468.html
La creación de una especialidad médica de urgencias y emergencias, además de innecesaria, sería un error desde el punto de vista asistencial, formativo y organizativo. El presidente de la SEMI aboga por un área de capacitación específica que haría menos rígido el sistema y permitiría un fácil trasvase de los médicos de urgencias a otros servicios.
Ramón Pujol, Presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna 18/07/2007
Ante la noticia de la tramitación parlamentaria de una especialidad médica de urgencias y la posibilidad de que se tome una decisión precipitada, sin el necesario debate social y profesional, que tenga unas imprevisibles consecuencias, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) se ve obligada a manifestar su postura y darla a conocer públicamente.
Actualmente más de 5.000 internistas y 1.230 MIR de la especialidad trabajan diariamente en los distintos hospitales de España: en plantas de hospitalización de adultos, consultas y áreas de urgencias.De su capacidad y cuidados depende la atención de muchos pacientes con procesos prevalentes (infecciones diversas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, digestivas, neoplasias...), y también de pacientes complejos, bien por presentar un diagnóstico más difícil o bien por estar en una situación más frágil.
El programa de formación MIR en Medicina Interna contempla específicamente la formación en el área de urgencias y emergencias a lo largo del periodo formativo de 5 años, y los residentes de esta especialidad alcanzan una alta capacitación en este área gracias a su amplia formación clínico-práctica, siendo, desde siempre, uno de los especialistas más idóneos para la actividad en urgencias. Para hacerse una idea de la implicación real de la Medicina Interna en este ámbito basta recordar que un internista necesita realizar un mínimo de 275 guardias de 24 horas (¡más de medio año de guardia!) y desempeñar al menos tres meses de trabajo activo en servicios de urgencias para habilitarse en su especialidad. La tutorización actual durante 5 años (ó 4 años en Medicina de Familia con un planteamiento similar) parece acreditar que los médicos puedan tener una eficiencia contrastada para la asistencia en urgencias.
La SEMI y la comisión nacional de la especialidad se han manifestado rotunda y reiteradamente en contra del reconocimiento de urgencias como una especialidad con un programa MIR propio y diferenciado.Existen argumentos de peso, que van mucho más allá de cualquier defensa corporativa del campo de actuación de una especialidad concreta y que merecen ser considerados en profundidad.
En primer lugar, el carácter inequívocamente multidisciplinario que presenta la actividad propia de urgencias -que compete a especialidades reconocidas, como Cirugía General, Traumatología, Pediatría, Medicina Intensiva, Medicina Interna...- hace necesario ver a las urgencias como un área de conocimiento y de práctica clínica de consideración peculiar a la que pueda accederse desde múltiples especialidades (algunas ya señaladas) y desde la Medicina General y de Familia. La urgencia es un ámbito común de actuación, no un campo de especialización compartimentado. En este sentido, podría ser considerada un área de capacitación específica mediante un periodo complementario de formación acreditada a la formación generalista. La permeabilidad para acceder a esa capacitación (desde las especialidades que se determinen) es necesaria para asegurar una formación suficiente en un programa MIR reconocido y unos contenidos específicos homologables en la capacitación complementaria, que reconocieran una competencia más profunda pero no ligada a titulaciones ni a puestos de trabajo. De lo contrario caeríamos en los mismos errores que han hecho de nuestro sistema de formación MIR uno de los mas rígidos de Europa.
Necesaria renovación
En segundo lugar, desde el punto de vista meramente asistencial, el trabajo en urgencias tiene un claro factor temporal de dedicación, que, de acuerdo con la experiencia de múltiples servicios, requiere una renovación o rotación de personal: a partir de determinadas edades (por encima de 50 ó 55 años, en general) puede ser recomendable un cambio de actividad. Este "factor edad" no sería un problema tan irresoluble si existiera la permeabilidad aludida, con una formación troncal previa en un área de medicina o cirugía. En cambio, plantea problemas asistenciales difícilmente abordables si urgencias se convierte en una especialidad no polivalente, en la que el médico deba trabajar durante toda su vida profesional.
A juzgar por algunas noticias recientes, existe el riesgo de volver a caer en el error de fomentar un desarrollo no armónico de nuevas especialidades independientes (en este caso, en urgencias), que, además de no ser reconocida en la mayoría de los países europeos, puede dar mayor rigidez al sistema y un alto grado de frustración en estos nuevos especialistas, a los que les costaría mantener su recortado campo de actuación. A lo largo de su vida profesional, un clínico podrá profundizar en distintos conocimientos y habilidades con la acreditación que se determine. Por eso, un mismo médico puede abordar a lo largo de su carrera más de un área de conocimiento a nivel experto: con una sólida formación troncal se puede luego adquirir una capacitación y reconocimiento de experto acreditado en un campo concreto (por ejemplo, en urgencias), sin perder la polivalencia propia del internista.
Por eso, Medicina Interna aboga por el desarrollo de las áreas de capacitación específica como nueva fórmula de futuro propuesta en la LOPS y acorde, por cierto, con las titulaciones vigentes en los países de nuestro entorno. De esta manera, se mantendría la coherencia del esquema de especialización "en tronco de árbol", en vez de la no deseada "en forma de peine".
Los problemas actuales de las urgencias, según múltiples expertos y gestores conocedores del tema, se centran en aspectos organizativos, de educación poblacional y de gestión eficiente, más que en una especial cualificación de los médicos.
En el caso de reconocerse esta nueva especialidad de urgencias, es muy verosímil que algunos médicos, al no disponer de otras opciones, pudieran elegir forzosamente esta "futura especialidad", que no les permitiría posiblemente ninguna otra salida futura, fuera de este ámbito concreto de actuación. Las urgencias podrían progresivamente desacreditarse, no sólo en los aspectos organizativos ya citados, sino también en sus niveles de eficiencia, calidad y desgaste de los profesionales, que se ven abocados a trabajar toda su vida en estos servicios hospitalarios.
¿Alguien cree en serio que puede elegirse trabajar en urgencias toda la vida profesional sin riesgo de cambiar de opinión a lo largo de décadas? Por eso es muy importante contemplar las posibles remodelaciones en este campo asistencial, manteniendo una formación troncal sólida con la polivalencia y permeabilidad que ello implica.
Todos los médicos clínicos deben adiestrarse en la actuación urgente por razones obvias: la urgencia no puede ser un campo acotado de ninguna especialidad concreta; sencillamente, no es una necesidad objetiva.
Consecuencias potenciales
Por todo ello, los políticos y gestores sanitarios sensatos no deben presentar como un logro sanitario el reconocimiento de una nueva especialidad. Ese hipotético reconocimiento no va a flexibilizar ni hacer más eficiente el sistema, sino que previsiblemente creará nuevos problemas de muy difícil solución y compartimentará aún más el sistema de especialidades.
Las consecuencias potenciales de una nueva especialidad en urgencias y emergencias son varias: produciría una mayor rigidez del sistema que afectaría a miles de profesionales; crearía un claro conflicto de competencias y de formación con la mayoría de las especialidades que atienden problemas urgentes (casi todas las clínicas); sería un escollo para el desarrollo de la LOPS en lo referente a los sistemas de troncalidad y un mal precedente que puede fomentar las reivindicaciones de otros colectivos con lugares de trabajo específicos (médicos especialistas en cuidados domiciliarios, en unidades de corta estancia, en cuidados paliativos...), y, finalmente, acarrearía un alejamiento de las orientaciones de la Unión Europea en cuanto a la formación de los especialistas.
El reconocimiento profesional que merecen los médicos que trabajan en urgencias -y la valoración de los conocimientos, habilidades y competencias necesarios para ejercer como tales, independientemente de su origen- tiene como respuesta natural un área de capacitación específica en urgencias desde las diferentes especialidades ya existentes.
Las principales sociedades científicas que representan a los colectivos asistenciales con formación vía MIR, la SEMI, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria(Semfyc), la Sociedad de Medicina Intensiva (Semyciuc), así como el Consejo Nacional de Especialidades y la Federación de Sociedades Científicas de España (Facme) se han manifestado reiteradamente, de una forma clara, prudente e inequívoca, sobre la forma más permeable de abordar el área asistencial de urgencias en el futuro. En definitiva, no parece racional ni necesario aventurarse a crear algo arriesgado, irreversible y de consecuencias imprevisibles cuando lo que se tiene es fácilmente mejorable desde las especialidades existentes.
http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/profesion/es/desarrollo/1017468.html
lunes, julio 16
domingo, julio 15
LA ESPECIALIDAD DE MEDICINA DE URGENCIAS:
LA VERDADERA PERSPECTIVA
Tenemos que decir que todas las opiniones son respetables sin ninguna duda, lo que no es riguroso es opinar sin conocer toda la información (preferimos decir esto) o ocultarla de manera deliberada.
Creemos Sr. Prado y permítanos el comentario, que vd. no ha estado correctamente informado de lo que ha acontecido con respecto a la Medicina de Urgencias recientementemente o está (y esto es sin duda más serio) manipulando la información que conoce. Eso si que es un “sesgar la información”.
La tan manida frase repetida por la directiva de la SEMFYC de que la especialidad de urgencias prácticamente no existe en ningún país europeo es una falsedad absoluta; según la última directiva europea del año 2006, la especialidad de urgencias existe en 9 países de la CE (suficiente para exigir su reconocimiento en todo el territorio CE). No merece comentario otros países donde está claramente establecida (Australia, Canadá, USA, Israel, …).
Le agradecemos el comentario de la calidad creciente de los servicios de urgencia (probablemente única opinión que compartimos con vd.). Esa calidad es evidentemente cada vez mayor gracias a la formación de sus profesionales, formación que por otra parte han adquirido gracias a múltiples cursos realizados de formación no reglada. Nadie duda de la utilidad de una formación vía MIR en otra especialidad como punto de partida inicial pero “el médico de urgencias debe poseer una serie de conocimientos y habilidades técnicas básicos para el desempeño de su profesión y ninguna especialidad de las actuales abarca el amplio abanico formativo que precisa un médico de urgencias”. No lo decimos nosotros ni nuestra sociedad, lo dice el MSC en su documento “Perfil del Médico de Urgencias” que le invitamos a que se lea. Los conocimientos y habilidades que citan ese documento, le animamos a que los compare con el programa formativo de su especialidad, tal vez entonces descubra la realidad. Este perfil (el reconocido por el MSC) es el que vale, no nos cite otros.
Nos dice usted, “que los profesionales tendrán que potenciar una parte de su perfil en base a líneas potentes de desarrollo profesional”. Es una opinión como otra cualquiera, solo que está aproximadamente un año por detrás de las recomendaciones también del MSC (Informe de la Comisión Técnica de Formación Especializada en Ciencias de la Salud, sobre la posible creación de una especialidad en medicina de urgencias) que tras estudiar todas las posibilidades de formación del futuro médico de urgencias (Cursos, Master, ACE, Especialidad…) concluye y le cito textualmente: “los miembros del grupo de trabajo recomiendan y proponen como solución integradora de mayor consenso, la de explorar una especialización en Medicina de Urgencias a partir del desarrollo troncal de la especialidad”.
Nos habla también de BURNOUT, de desgaste profesional, de trabajo duro; pero Sr. Prado, seamos serios, creo que estamos hablando de que formación y como deben adquirirla los futuros médicos de urgencia. En el presente y tal y como le hemos citado creemos que debe ser una formación reglada vía MIR. Lo que no sabíamos era que la SEMFYC tenía ahora un grupo específico dedicado a mejorar las condiciones laborales de los médicos de urgencia, vamos, a hacer labor sindical. Todo lo que nos cita es cierto pero mis compañeros y yo mismo lo tratamos con los distintos sindicatos representados en mesa sectorial (UGT, CCOO, CESM,…). Que se entiende con sus afirmaciones: ¿que SEMFYC también es un sindicato?, ¿que SEMFYC justifica que no debe existir una especialidad en medicina de urgencias por las condiciones laborales?
Sorprendente es que nos hable de perfiles pluripotenciales y de troncalidad. Y le decimos porque nos sorprende: uno de los primeros documentos elaborados sobre troncalidad fue realizado por la SEMES en colaboración con la SEMERGEN. En base a dicho documento la Comisión Promotora de la Especialidad de Urgencias (oficial aunque le sorprenda) presento un documento al MSC sobre la formación troncal siguiendo las recomendaciones de la Comisión Técnica (que se cito anteriormente). Y nos sorprende más, en el congreso de SEMFYC celebrado hace dos años en Santiago de Compostela, miembros de su sociedad, incluido su propio presidente, no querían ni oír hablar de la troncalidad ante propuestas de la SEMES en esa dirección. El propio responsable del grupo de urgencias de la SEMFYC ante una pregunta del que suscribe sobre la formación troncal, respondió que la Especialidad de Urgencias vía troncalidad jamás existiría porque su sociedad quería un ACE partiendo de familia. Actitudes más propias de otra época que es preferible no recordar.
No existirían 4 profesionales para el mismo trabajo, existiría uno con una formación reglada y consolidada, además de la flexibilidad inherente a la formación troncal.
Lo que nos parece demagógico es su concepto de “experto”. Le planteamos una pregunta que preferimos la tome un poco a broma, como todo su discurso en este apartado: ¿Quién es más experto en Diabetes, un Médico de Familia o un Endocrinólogo, y en HTA, será un nefrólogo? Siguiendo su disertación sobre la parada, le recomendaríamos que cuando viese en su consulta a un diabético espere por el endocrino, cuando sea un orzuelo, derívelo al oftalmólogo, etc. Seamos serios.
Compartimos con vd., su disertación sobre las condiciones laborales del médico de urgencias, tal y como hemos dicho antes la especialidad no va a resolver la mayor parte de esos problemas (puede sólo ayudar a resolverlos); por tanto si utiliza dicho argumento para justificar la no necesidad de una especialidad, no le reproche ahora al que lo utiliza para justificar la necesidad de la misma, tal y como proclamó el Dr. Jiménez Murillo. Ese sin embargo no es nuestro estilo.
Finalmente Dr. Prados, nosotros también respetamos a los contrarios a la especialidad, pero siempre a aquellos que esgrimen argumentos basados en realidades y en documentos actualizados, no en meras especulaciones o ardides dialécticos. No tenemos duda del excelente perfil profesional de muchos médicos de familia (compañeros al fin y al cabo); algunos de ellos se dedican a la medicina de urgencias y poseen un nivel excelente. Lo que no se puede decir es que no es necesario una formación específica para trabajar en los servicios de urgencia (todas las opiniones expertas coinciden en dicha necesidad). Ese es el problema suyo y de su sociedad (SEMFYC); va con retraso y a pesar de las distintas recomendaciones se niegan a aceptar lo evidente.
El pleno de la Comisión de RRHH del MSC (Ministra + Consejeros de Sanidad CCAA) aprobó el 19 de Abril de 2006 el informe de la comisión técnica que se citó antes instando a la creación de una Especialidad en Medicina de Urgencias de carácter troncal. En Enero de 2007 se crea la Comisión Nacional (promotora) de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. En Mayo de este año sendas PNL del PP y del PSOE fueron presentadas en el Congreso de los Diputados instando al gobierno a la creación de una Especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias de carácter troncal (aprobación unánime). Es mejor informar siempre de toda la verdad.
Un consejo, Dr. Prados, abandone esa autocomplacencia de ser los únicos e insustituibles, vd. representa a la SEMFYC (probablemente a una parte tan solo), pero no representa en exclusiva a los médicos de familia, sino, ¿a quien representa la SEMERGEN y la SEMG?. Le recuerdo que ambas han manifestado su apoyo a la creación de una especialidad en medicina de urgencias y Emergencias. Creer poseer la única verdad es más propio de otros regimenes ya extintos en nuestro país.
Créanos, Dr. Prados, jamás hemos echado la culpa de la situación de los Servicios de Urgencia a la no existencia de la especialidad. Creemos también como vd que nuestros médicos de urgencia lo hacen fenomenalmente con las especialidades y la formación que ya tienen; la diferencia con vd. es que creemos que esa formación en el futuro debe ser reglada y garantizada por el estado.
Pero estas opiniones se las llevará el viento, la realidad es la que le hemos descrito y más pronto de lo que espera será cierta la existencia de MIR en Medicina de Urgencias y Emergencias.
Atentamente:
LA VERDADERA PERSPECTIVA
Tenemos que decir que todas las opiniones son respetables sin ninguna duda, lo que no es riguroso es opinar sin conocer toda la información (preferimos decir esto) o ocultarla de manera deliberada.
Creemos Sr. Prado y permítanos el comentario, que vd. no ha estado correctamente informado de lo que ha acontecido con respecto a la Medicina de Urgencias recientementemente o está (y esto es sin duda más serio) manipulando la información que conoce. Eso si que es un “sesgar la información”.
La tan manida frase repetida por la directiva de la SEMFYC de que la especialidad de urgencias prácticamente no existe en ningún país europeo es una falsedad absoluta; según la última directiva europea del año 2006, la especialidad de urgencias existe en 9 países de la CE (suficiente para exigir su reconocimiento en todo el territorio CE). No merece comentario otros países donde está claramente establecida (Australia, Canadá, USA, Israel, …).
Le agradecemos el comentario de la calidad creciente de los servicios de urgencia (probablemente única opinión que compartimos con vd.). Esa calidad es evidentemente cada vez mayor gracias a la formación de sus profesionales, formación que por otra parte han adquirido gracias a múltiples cursos realizados de formación no reglada. Nadie duda de la utilidad de una formación vía MIR en otra especialidad como punto de partida inicial pero “el médico de urgencias debe poseer una serie de conocimientos y habilidades técnicas básicos para el desempeño de su profesión y ninguna especialidad de las actuales abarca el amplio abanico formativo que precisa un médico de urgencias”. No lo decimos nosotros ni nuestra sociedad, lo dice el MSC en su documento “Perfil del Médico de Urgencias” que le invitamos a que se lea. Los conocimientos y habilidades que citan ese documento, le animamos a que los compare con el programa formativo de su especialidad, tal vez entonces descubra la realidad. Este perfil (el reconocido por el MSC) es el que vale, no nos cite otros.
Nos dice usted, “que los profesionales tendrán que potenciar una parte de su perfil en base a líneas potentes de desarrollo profesional”. Es una opinión como otra cualquiera, solo que está aproximadamente un año por detrás de las recomendaciones también del MSC (Informe de la Comisión Técnica de Formación Especializada en Ciencias de la Salud, sobre la posible creación de una especialidad en medicina de urgencias) que tras estudiar todas las posibilidades de formación del futuro médico de urgencias (Cursos, Master, ACE, Especialidad…) concluye y le cito textualmente: “los miembros del grupo de trabajo recomiendan y proponen como solución integradora de mayor consenso, la de explorar una especialización en Medicina de Urgencias a partir del desarrollo troncal de la especialidad”.
Nos habla también de BURNOUT, de desgaste profesional, de trabajo duro; pero Sr. Prado, seamos serios, creo que estamos hablando de que formación y como deben adquirirla los futuros médicos de urgencia. En el presente y tal y como le hemos citado creemos que debe ser una formación reglada vía MIR. Lo que no sabíamos era que la SEMFYC tenía ahora un grupo específico dedicado a mejorar las condiciones laborales de los médicos de urgencia, vamos, a hacer labor sindical. Todo lo que nos cita es cierto pero mis compañeros y yo mismo lo tratamos con los distintos sindicatos representados en mesa sectorial (UGT, CCOO, CESM,…). Que se entiende con sus afirmaciones: ¿que SEMFYC también es un sindicato?, ¿que SEMFYC justifica que no debe existir una especialidad en medicina de urgencias por las condiciones laborales?
Sorprendente es que nos hable de perfiles pluripotenciales y de troncalidad. Y le decimos porque nos sorprende: uno de los primeros documentos elaborados sobre troncalidad fue realizado por la SEMES en colaboración con la SEMERGEN. En base a dicho documento la Comisión Promotora de la Especialidad de Urgencias (oficial aunque le sorprenda) presento un documento al MSC sobre la formación troncal siguiendo las recomendaciones de la Comisión Técnica (que se cito anteriormente). Y nos sorprende más, en el congreso de SEMFYC celebrado hace dos años en Santiago de Compostela, miembros de su sociedad, incluido su propio presidente, no querían ni oír hablar de la troncalidad ante propuestas de la SEMES en esa dirección. El propio responsable del grupo de urgencias de la SEMFYC ante una pregunta del que suscribe sobre la formación troncal, respondió que la Especialidad de Urgencias vía troncalidad jamás existiría porque su sociedad quería un ACE partiendo de familia. Actitudes más propias de otra época que es preferible no recordar.
No existirían 4 profesionales para el mismo trabajo, existiría uno con una formación reglada y consolidada, además de la flexibilidad inherente a la formación troncal.
Lo que nos parece demagógico es su concepto de “experto”. Le planteamos una pregunta que preferimos la tome un poco a broma, como todo su discurso en este apartado: ¿Quién es más experto en Diabetes, un Médico de Familia o un Endocrinólogo, y en HTA, será un nefrólogo? Siguiendo su disertación sobre la parada, le recomendaríamos que cuando viese en su consulta a un diabético espere por el endocrino, cuando sea un orzuelo, derívelo al oftalmólogo, etc. Seamos serios.
Compartimos con vd., su disertación sobre las condiciones laborales del médico de urgencias, tal y como hemos dicho antes la especialidad no va a resolver la mayor parte de esos problemas (puede sólo ayudar a resolverlos); por tanto si utiliza dicho argumento para justificar la no necesidad de una especialidad, no le reproche ahora al que lo utiliza para justificar la necesidad de la misma, tal y como proclamó el Dr. Jiménez Murillo. Ese sin embargo no es nuestro estilo.
Finalmente Dr. Prados, nosotros también respetamos a los contrarios a la especialidad, pero siempre a aquellos que esgrimen argumentos basados en realidades y en documentos actualizados, no en meras especulaciones o ardides dialécticos. No tenemos duda del excelente perfil profesional de muchos médicos de familia (compañeros al fin y al cabo); algunos de ellos se dedican a la medicina de urgencias y poseen un nivel excelente. Lo que no se puede decir es que no es necesario una formación específica para trabajar en los servicios de urgencia (todas las opiniones expertas coinciden en dicha necesidad). Ese es el problema suyo y de su sociedad (SEMFYC); va con retraso y a pesar de las distintas recomendaciones se niegan a aceptar lo evidente.
El pleno de la Comisión de RRHH del MSC (Ministra + Consejeros de Sanidad CCAA) aprobó el 19 de Abril de 2006 el informe de la comisión técnica que se citó antes instando a la creación de una Especialidad en Medicina de Urgencias de carácter troncal. En Enero de 2007 se crea la Comisión Nacional (promotora) de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. En Mayo de este año sendas PNL del PP y del PSOE fueron presentadas en el Congreso de los Diputados instando al gobierno a la creación de una Especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias de carácter troncal (aprobación unánime). Es mejor informar siempre de toda la verdad.
Un consejo, Dr. Prados, abandone esa autocomplacencia de ser los únicos e insustituibles, vd. representa a la SEMFYC (probablemente a una parte tan solo), pero no representa en exclusiva a los médicos de familia, sino, ¿a quien representa la SEMERGEN y la SEMG?. Le recuerdo que ambas han manifestado su apoyo a la creación de una especialidad en medicina de urgencias y Emergencias. Creer poseer la única verdad es más propio de otros regimenes ya extintos en nuestro país.
Créanos, Dr. Prados, jamás hemos echado la culpa de la situación de los Servicios de Urgencia a la no existencia de la especialidad. Creemos también como vd que nuestros médicos de urgencia lo hacen fenomenalmente con las especialidades y la formación que ya tienen; la diferencia con vd. es que creemos que esa formación en el futuro debe ser reglada y garantizada por el estado.
Pero estas opiniones se las llevará el viento, la realidad es la que le hemos descrito y más pronto de lo que espera será cierta la existencia de MIR en Medicina de Urgencias y Emergencias.
Atentamente:
Manuel J. Vázquez Lima
Médico de Urgencias.
Grupo Pro- Especialidad SEMES.
Especialidad vía MIR en MFyC.
Médico de Urgencias.
Grupo Pro- Especialidad SEMES.
Especialidad vía MIR en MFyC.
miércoles, julio 4
Alfonso Moreno: "El 85% de las especialidades son favorables al desarrollo de la troncalidad"
El 85 por ciento de las comisiones nacionales son favorables al desarrollo de la troncalidad. Ésta es la conclusión del primero de los tres cuestionarios que el Consejo de Especialidades remitirá a todas las comisiones. Su presidente afirma que en otoño habrá un primer informe.
Diario Medico 03/07/2007
El primer cuestionario que el Grupo de Trabajo sobre Troncalidad del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud remitió a los presidentes de las 47 comisiones nacionales revela, según Alfonso Moreno, presidente del Consejo, que "el 85 por ciento de las especialidades son favorables y demandan el desarrollo de la troncalidad que prevé la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS)". Otra cosa, añade Moreno, es cómo se concrete ese mandato legal: "Estamos hablando de un tema muy complicado que, ni siquiera nosotros, integrantes del grupo de trabajo, sabemos todavía cómo se va a materializar, así que es lógico que surjan fricciones porque cada especialidad intentará preservar sus propios intereses".
Moreno ha aprovechado el último Pleno del Consejo Nacional de Especialidades para emitir un informe sobre los trabajos que desarrolla el grupo de troncalidad que él mismo preside.
El primer cuestionario Delphi que los presidentes de las comisiones nacionales respondieron a finales de junio irá seguido de otros dos que el Grupo de Trabajo sobre Troncalidad confeccionará a principios de septiembre en función de las respuestas obtenidas en el primero: "Aún no sabemos cuáles serán las preguntas que formularemos en estas dos nuevas encuestas, pero en principio nuestra idea es hacer una consulta más específica sobre el verdadero meollo de la cuestión: cómo tiene que desarrollarse el proceso".
CríticasMoreno también sale al paso de las críticas vertidas por los presidentes de algunas comisiones nacionales sobre el desarrollo de la troncalidad. Los representantes de varias especialidades demandan al grupo de trabajo una interlocución más directa y continua, algo que, según Moreno, se producirá más adelante: "Nuestro contacto con los presidentes no se va a limitar sólo a los cuestionarios que nos remitan, sino que tendremos un contacto directo, frecuente e intenso con todos, sobre todo con aquéllos que se vean directamente implicados en los grandes troncos que surjan".
A pesar de este mensaje, algunos, como Luis Alonso Pulpón, presidente de la Comisión Nacional de Cardiología, y uno de los más críticos con el proceso, se muestran muy escépticos, sobre todo después del último Pleno del Consejo de Especialidades: "El informe de la presidencia fue genérico e insuficiente. Pasó de puntillas por un tema tan trascendente como éste. A estas alturas sigo sin tener claro qué se busca con la troncalidad y qué piensa el Ministerio de Sanidad sobre su desarrollo".
Pese a las críticas, Moreno defiende el procedimiento elegido y asegura que el grupo de trabajo cumplirá el plazo fijado por el ministerio para emitir un primer informe: "En agosto mantendremos un contacto continuo por correo electrónico, a principios de septiembre tendremos una nueva reunión presencial y en otoño haremos público un informe general que nos servirá de base para seguir trabajando en el futuro".
Las especialidades deficitarias piden másLos presidentes de las comisiones nacionales de especialidades deficitarias están contentos con la asignación de plazas de esta convocatoria, pero pedirán a Sanidad que acredite más para el curso que viene. Es el caso de Aparato Digestivo, que según la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), padece ya la escasez de profesionales. El presidente de la comisión nacional, Juan Manuel Herrerías, está satisfecho con el aumento de puestos acreditados, pero cree que "el Sistema Nacional de Salud tiene aún recursos para incrementarlos un 120 por ciento el año que viene".
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Medicina Interna, Miquel Vilardell, cree que deben ir creciendo progresivamente las plazas acreditadas por Sanidad, "pero también hay que ir mejorando las condiciones laborales de estos especialistas, ya que todavía existen los contratos basura".
El primer cuestionario que las comisiones han respondido irá seguido de otros dos que el grupo de trabajo que preside Moreno hará en septiembreLuis Alonso Pulpón, de Cardiología, afirma: "todavía no tengo claro qué se persigue con la troncalidad y qué piensa el ministerio de todo el proceso"
El 85 por ciento de las comisiones nacionales son favorables al desarrollo de la troncalidad. Ésta es la conclusión del primero de los tres cuestionarios que el Consejo de Especialidades remitirá a todas las comisiones. Su presidente afirma que en otoño habrá un primer informe.
Diario Medico 03/07/2007
El primer cuestionario que el Grupo de Trabajo sobre Troncalidad del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud remitió a los presidentes de las 47 comisiones nacionales revela, según Alfonso Moreno, presidente del Consejo, que "el 85 por ciento de las especialidades son favorables y demandan el desarrollo de la troncalidad que prevé la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS)". Otra cosa, añade Moreno, es cómo se concrete ese mandato legal: "Estamos hablando de un tema muy complicado que, ni siquiera nosotros, integrantes del grupo de trabajo, sabemos todavía cómo se va a materializar, así que es lógico que surjan fricciones porque cada especialidad intentará preservar sus propios intereses".
Moreno ha aprovechado el último Pleno del Consejo Nacional de Especialidades para emitir un informe sobre los trabajos que desarrolla el grupo de troncalidad que él mismo preside.
El primer cuestionario Delphi que los presidentes de las comisiones nacionales respondieron a finales de junio irá seguido de otros dos que el Grupo de Trabajo sobre Troncalidad confeccionará a principios de septiembre en función de las respuestas obtenidas en el primero: "Aún no sabemos cuáles serán las preguntas que formularemos en estas dos nuevas encuestas, pero en principio nuestra idea es hacer una consulta más específica sobre el verdadero meollo de la cuestión: cómo tiene que desarrollarse el proceso".
CríticasMoreno también sale al paso de las críticas vertidas por los presidentes de algunas comisiones nacionales sobre el desarrollo de la troncalidad. Los representantes de varias especialidades demandan al grupo de trabajo una interlocución más directa y continua, algo que, según Moreno, se producirá más adelante: "Nuestro contacto con los presidentes no se va a limitar sólo a los cuestionarios que nos remitan, sino que tendremos un contacto directo, frecuente e intenso con todos, sobre todo con aquéllos que se vean directamente implicados en los grandes troncos que surjan".
A pesar de este mensaje, algunos, como Luis Alonso Pulpón, presidente de la Comisión Nacional de Cardiología, y uno de los más críticos con el proceso, se muestran muy escépticos, sobre todo después del último Pleno del Consejo de Especialidades: "El informe de la presidencia fue genérico e insuficiente. Pasó de puntillas por un tema tan trascendente como éste. A estas alturas sigo sin tener claro qué se busca con la troncalidad y qué piensa el Ministerio de Sanidad sobre su desarrollo".
Pese a las críticas, Moreno defiende el procedimiento elegido y asegura que el grupo de trabajo cumplirá el plazo fijado por el ministerio para emitir un primer informe: "En agosto mantendremos un contacto continuo por correo electrónico, a principios de septiembre tendremos una nueva reunión presencial y en otoño haremos público un informe general que nos servirá de base para seguir trabajando en el futuro".
Las especialidades deficitarias piden másLos presidentes de las comisiones nacionales de especialidades deficitarias están contentos con la asignación de plazas de esta convocatoria, pero pedirán a Sanidad que acredite más para el curso que viene. Es el caso de Aparato Digestivo, que según la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), padece ya la escasez de profesionales. El presidente de la comisión nacional, Juan Manuel Herrerías, está satisfecho con el aumento de puestos acreditados, pero cree que "el Sistema Nacional de Salud tiene aún recursos para incrementarlos un 120 por ciento el año que viene".
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Medicina Interna, Miquel Vilardell, cree que deben ir creciendo progresivamente las plazas acreditadas por Sanidad, "pero también hay que ir mejorando las condiciones laborales de estos especialistas, ya que todavía existen los contratos basura".
El primer cuestionario que las comisiones han respondido irá seguido de otros dos que el grupo de trabajo que preside Moreno hará en septiembreLuis Alonso Pulpón, de Cardiología, afirma: "todavía no tengo claro qué se persigue con la troncalidad y qué piensa el ministerio de todo el proceso"
martes, julio 3
El Ministerio Sanidad pide a los profesionales que la troncalidad se afronte “con generosidad”
Resultados preliminares del análisis que está llevando a cabo el Grupo de Troncalidad arrojan que la mayoría de las Comisiones Nacionales están a favor, según ha explicado a EL MEDICO INTERACTIVO el presidente del CNECS, “por tanto, también estarán a favor de asumir parte de los planteamientos”
El Ministerio de Sanidad ha pedido a los profesionales, en pleno debate sobre troncalidad, que éste se afronte con "generosidad". Éste fue el mensaje lanzado por el subdirector general de Ordenación Profesional, Miguel J. Rodríguez, al exponer en una reciente Jornada (ver EL MEDICO INTERACTIVO del 29 y 30-6-07) los principales trabajos en los que la Administración sanitaria central se encuentra sumida en estos momentos respecto al sistema formativo.Y es que como lamentó Rodríguez, “cuando hablamos de troncalidad a nivel global todo el mundo parece estar de acuerdo, sin embargo, cuando trasladamos la discusión hacia una especialidad en concreto, las pegas afloran”.
El Ministerio, según lo expuesto por el presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud (CNECS), el profesor Alfonso Moreno, tiene su parte de razón. No obstante, y en base a resultados preliminares obtenidos por el Grupo de Trabajo de Troncalidad, “ si una gran mayoría de especialidades se muestra a favor de la troncalidad, también se estará a favor de asumir, por lo menos, parte de los planteamientos”, tal como ha comentado a EL MEDICO INTERACTIVO el profesor Moreno.
Sin embargo, algunos profesionales que dicen tener experiencias pasadas con el tema de la
troncalidad, como el profesor Martín Zurro, testigo directo en 1986 del primer borrador de decreto de troncalidad del sistema MIR, no lo ven tan claro. “Han pasado 21 años y seguimos hablando de troncalidad, porque al hablar de troncalidad puede significar algo, o no querer decir, prácticamente, nada”. A su juicio, se necesita profundizar mucho y, sobre todo, tener muy claro “hasta dónde se quiere llegar”.
En este sentido, el profesor Moreno está de acuerdo en que, “si bien es verdad que hasta ahora se ha hablado mucho de troncalidad, pero, siempre, sin ningún documento sobre la mesa, y es ahora cuando vamos a empezar a manejarlos”. Reconoce que la situación no es fácil, “pero empezamos a ver la luz al final del tunel”.
El subdirector general de Ordenación Profesional parece tener muy claras las ideas al respecto. “Se trata de una oportunidad única para acabar con la rigidez actual del sistema causada por la existencia de 48 especialidades, multiplicado por 17 CC.AA.,”. Rodríguez suma otra oportunidad, “la de poder adaptar con ella la carrera de los profesionales a las circunstancias y permitir tomar otras vías sin tener que iniciar una nueva especialización”.
El profesor Moreno ha anunciado, por otra parte, la constitución de la Comisión Permanente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, que se llevó a cabo en el último pleno, celebrado el pasado viernes, 27 de junio, acto, en el que también se procedió a la creación del Comité de Acreditación.
Dicha Comisión Permanente, como ha explicado a este medio, el presidente del CNECS, queda configurada por 12 miembros, y con amplia representación de distintas profesiones sanitarias. Entre sus integrantes figuran, por tanto, dos representantes de los Ministerios de Sanidad y de Educación; otros dos de la Comisión Nacional de Recursos Humanos, y el presidente y vicepresidenta del CNECS. Junto a ellos, integran dicho órgano los presidentes de las Comisiones Nacionales de Aparato Digestivo, Geriatría, Angiología y Cirugía Vascular, y el de Bioquímica Clínica, “son representantes de áreas médicas, quirúrgicas y de laboratorio”, puntualiza el profesor Moreno. Además, se incluyen otros dos representantes, uno de Farmacia y otro de Enfermería."
Resultados preliminares del análisis que está llevando a cabo el Grupo de Troncalidad arrojan que la mayoría de las Comisiones Nacionales están a favor, según ha explicado a EL MEDICO INTERACTIVO el presidente del CNECS, “por tanto, también estarán a favor de asumir parte de los planteamientos”
El Ministerio de Sanidad ha pedido a los profesionales, en pleno debate sobre troncalidad, que éste se afronte con "generosidad". Éste fue el mensaje lanzado por el subdirector general de Ordenación Profesional, Miguel J. Rodríguez, al exponer en una reciente Jornada (ver EL MEDICO INTERACTIVO del 29 y 30-6-07) los principales trabajos en los que la Administración sanitaria central se encuentra sumida en estos momentos respecto al sistema formativo.Y es que como lamentó Rodríguez, “cuando hablamos de troncalidad a nivel global todo el mundo parece estar de acuerdo, sin embargo, cuando trasladamos la discusión hacia una especialidad en concreto, las pegas afloran”.
El Ministerio, según lo expuesto por el presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud (CNECS), el profesor Alfonso Moreno, tiene su parte de razón. No obstante, y en base a resultados preliminares obtenidos por el Grupo de Trabajo de Troncalidad, “ si una gran mayoría de especialidades se muestra a favor de la troncalidad, también se estará a favor de asumir, por lo menos, parte de los planteamientos”, tal como ha comentado a EL MEDICO INTERACTIVO el profesor Moreno.
Sin embargo, algunos profesionales que dicen tener experiencias pasadas con el tema de la
troncalidad, como el profesor Martín Zurro, testigo directo en 1986 del primer borrador de decreto de troncalidad del sistema MIR, no lo ven tan claro. “Han pasado 21 años y seguimos hablando de troncalidad, porque al hablar de troncalidad puede significar algo, o no querer decir, prácticamente, nada”. A su juicio, se necesita profundizar mucho y, sobre todo, tener muy claro “hasta dónde se quiere llegar”.
En este sentido, el profesor Moreno está de acuerdo en que, “si bien es verdad que hasta ahora se ha hablado mucho de troncalidad, pero, siempre, sin ningún documento sobre la mesa, y es ahora cuando vamos a empezar a manejarlos”. Reconoce que la situación no es fácil, “pero empezamos a ver la luz al final del tunel”.
El subdirector general de Ordenación Profesional parece tener muy claras las ideas al respecto. “Se trata de una oportunidad única para acabar con la rigidez actual del sistema causada por la existencia de 48 especialidades, multiplicado por 17 CC.AA.,”. Rodríguez suma otra oportunidad, “la de poder adaptar con ella la carrera de los profesionales a las circunstancias y permitir tomar otras vías sin tener que iniciar una nueva especialización”.
El profesor Moreno ha anunciado, por otra parte, la constitución de la Comisión Permanente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, que se llevó a cabo en el último pleno, celebrado el pasado viernes, 27 de junio, acto, en el que también se procedió a la creación del Comité de Acreditación.
Dicha Comisión Permanente, como ha explicado a este medio, el presidente del CNECS, queda configurada por 12 miembros, y con amplia representación de distintas profesiones sanitarias. Entre sus integrantes figuran, por tanto, dos representantes de los Ministerios de Sanidad y de Educación; otros dos de la Comisión Nacional de Recursos Humanos, y el presidente y vicepresidenta del CNECS. Junto a ellos, integran dicho órgano los presidentes de las Comisiones Nacionales de Aparato Digestivo, Geriatría, Angiología y Cirugía Vascular, y el de Bioquímica Clínica, “son representantes de áreas médicas, quirúrgicas y de laboratorio”, puntualiza el profesor Moreno. Además, se incluyen otros dos representantes, uno de Farmacia y otro de Enfermería."
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