lunes, junio 25

Especialidad de Urgencias

Fecha de publicación: Domingo, 24 de Junio de 2007

Los servicios de urgencias hospitalarios son el área por el que pasa un mayor volumen de pacientes (y acompañantes). Se realizan en torno a 40 millones de atenciones urgentes al año en España.Hasta ahora, al carecer de una especialización médica concreta para atender este servicio, profesionales de diferentes ramas de la Medicina, pero fundamentalmente médicos generales, internistas y los MIR son los que han llevado el peso de la atención a pacientes que ingresan vía Urgencias.

Este asunto, que lleva siendo objeto de controversia y confrontación durante años entre la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), no sólo se circunscribe a nuestro país, también constituye un tema de discusión en el ámbito europeo donde solamente Reino Unido e Irlanda tienen reconocida la especialidad de Urgencias.

España será el siguiente en contar con esta especialidad en cumplimiento de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), una vez que todos los grupos parlamentarios se han puesto de acuerdo en la necesidad de desarrollarla.

La SEMI y la Comisión Nacional de Especialidades mantienen su oposición a la creación de esta especialidad y esgrimen para justificar su postura que bastaría con crear un sistema de áreas de capacitación. Esta fórmula permitiría a médicos ya formados en una especialidad consolidada alcanzar un desarrollo y competencia más profundo, sin que fuese preciso para ello crear una título nuevo.

La SEMI apoya la creación de troncos comunes que propone la LOPS por especialidades afines, con el fin de conseguir una formación básica, común y sólida, para quienes van a ejercer posteriormente como médicos especialistas. Pero se opone a la creación de nuevas especialidades que no se corresponden con "troncos" de la medicina, razonamiento bastante lógico, ya que no parece demostrada la utilidad de una especialidad en Urgencias.

Para Semes, la Administración tiene la obligación de garantizar la formación, definir el tipo de formación y dónde se debe recibir ésta. Y por ello, consideran que es preciso que se determine qué formación debe tener el médico de urgencias, que sólo se debería conseguir desde un acceso a esa especialización vía licenciatura.

El sistema establecido hasta la fecha ha funcionado, es verdad, gracias a la voluntad de los profesionales que están en urgencias, pero sinceramente creo que el problema de las urgencias no es la falta de conocimiento o la heterogeneidad de especialistas que las atienden, sino la falta de organización y la inadecuación a la creciente presión asistencial. Las situaciones que se viven en los servicios de urgencias requieren a menudo de una agilidad y destreza en la toma de decisiones mayor que en otras unidades, sobre todo cuando hablamos de casos de riesgo vital para el paciente. Pero no precisa de un conocimiento especial para atenderles con absolutas garantías. La experiencia acumulada durante más de 30 años ha demostrado que el personal de las diferentes especialidades que trabajan en Urgencias han formado a profesionales que han desarrollado su trabajo a plena satisfacción de los usuarios. Por ello, seguir creando compartimentos estancos cuando es la gestión por procesos la que debería tenerse en consideración, tampoco parece lo más moderno.

En cualquier caso, con la aprobación del Parlamento de la especialidad de urgencias y emergencias, se entra en una fase decisiva en la que toca hacer un esfuerzo de consenso para culminar el proceso de diálogo establecido con las diferentes sociedades científicas y administraciones públicas implicadas, y acabar de una vez con este debate.

director@gacetamedica.com

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